lunes, 27 de octubre de 2014

EL SENDERO Y EL DEMONIO.

La infancia de Luis Gabriel Trejos Duque  transcurrió en una zona semi rural… entre paisajes cafeteros, caminos de herradura, hermosas montañas, grandes extensiones de campos silvestres, muy cerca la ciudad con sus altos edificios calles y avenidas.
En sus ratos de ocio el joven Gabriel Trejos salía pasear por los pequeños caminos cercanos a los bosques vecinos, allí jugaba solo y fantaseaba con aventuras en otros tiempos, con duendes, guerreros y doncellas,… en su universo de sueños también viajaba a galaxias muy lejanas para vivir aventuras en compañía de extraterrestres, naves interplanetarias y mundos alienígenas.


Una tarde, que el sol alumbraba fuertemente, Gabriel, salió a uno de sus paseos fantásticos y en medio de matorrales, arboles y hermosas flores de mágicos colores, llego a la orilla de un riachuelo cercano, seguramente seguía el rastro de alguna rana para jugar o algún pajarito le llamo la atención…  allí fue donde se encontró con un gigante… de piel blanca, ojos penetrantes como el rojo escarlata,… no muy joven, no muy viejo… -Gabriel se quedo allí parado mirándolo de frente.


-Gabriel Trejos: caballero infante de blanca armadura y corazón soñador te he estado observando por mucho tiempo… - Dijo el gigante con una voz que rugía como un león en el sendero del riachuelo.


- ¿Quién es usted? – pregunto Gabriel.

-Soy “El Jefe”, “El Compadre” me dicen los campesinos, “El Putas” me dicen en las veredas y pueblos,… los sacerdotes me dicen “Demonio”… pero también me puedes llamar “El Diablo”… jajajaja! –Soltando una carcajada el gigante se dirigió al niño, con sus ojos rojos escarlata fijos en las manos del infante.

He sabido que tienes una gran imaginación y que tu alma pura y corazón soñador imaginan tu voluntad siendo un gran caballero y librar cientos de batallas contra el mal, ayudando al desvalido y liberando pueblos de la opresión y la tiranía… Jajaja!...

Pues como puedes ver, Gabriel Trejos, yo soy el amo de los tiranos… y he venido por tu alma… y hoy no te dejare pasar por el sendero del riachuelo,… solo hay una forma… y esa es que dibujes en el viento lo que tu corazón imagina en tu interior… Jajajaj! – Si no lo haces tu alma será mía y tus dones servirán a las tinieblas de mi reino sobre la tierra… JAJAJA!.


El eco de la risa demoniaca retumbo en los oídos de Gabriel, quien miraba al piso y escuchaba el tambor acelerado de su corazón, miro hacia el riachuelo, miro las piedras a su alrededor… hasta que se concentro y se agacho tomando la arena dorada de el piso… una corriente de aire se sintió en aquel preciso momento, Gabriel lanzo el arena hacia un rayo de sol que se filtraba entre las ramas de un guayacan amarillo y los matorrales vecinos,… extendió su mano derecha y con su dedo índice esbozo un águila dorada con las alas extendidas que furiosa se transformo en un dragón de arena dorada y voló hacia el horizonte y luego en picada se precipito sobre el gigante que horrorizado  corrió hacia el rio donde comenzó a hundirse por su propio peso entre las aguas y el barro… Gritando palabras vacías e insultos contra Gabriel.


Gabriel regreso al anochecer a su casa, donde lo esperaba un delicioso chocolate con buñuelos, pandebonos y pan aliñado que había preparado su mamá.


Desde ese momento comenzarían muchas luchas entre el bien y el mal por apoderase del Alma de Luis Gabriel Trejos Duque, quien había dejado de ser un caballero blanco para volverse un caballero gris.   


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