luis gabriel trejos duque
ShivaCity,
en algún lugar del postfuturo…Gabriel Trejos Duque atraviesa la ventana
mientras se precipita hacia el vacio perpetuo, cientos de pequeños vidrios se
entierran en su piel mientras sigue disparando su cañón laser para defenderse
de los asesinos rememoria que le disparan sin cesar para terminar con sus
logros y su vida.
Trejos
ya no es tan hábil, es lento y su pensamiento ya no tiene el poder que tenía
antes, sus “amigos”, los caballeros que antes le rodeaban entorno a su visión han
caído bajo el manto oscuro del hades donde las almas vagan en estado de inconsciencia
eternamente… o se han cambiado de bando, vendiendo su alma al mejor postor: Los
rememoria, una secta, un círculo cerrado que pretende manipular las mentes de
las personas para que olviden y vivan una falsa realidad como un androide o un
software escrito en lenguaje encriptado, cumpliendo con su voluntad.
Gabriel
sabia eso, estaba condenado al olvido
aparente, pues había retado muchas veces a los falsos dioses y su falsa bondad
y humildad, él sabia que bajo las frases de olvido y falsas apariencias se
encontraba el falso discurso con el fin de usar su fuerza para escalar mas
escalafones sociales y así mantener el “poder” que dicen “despreciar”
constantemente pero el cual adoran sobre todas las cosas y con el cual inyectan
a la sociedad miles de mentiras para satisfacer sus oscuros deseos y egoístas personalidades.
La
caída es larga… los rayos laser rosan la piel y los músculos de Trejos, una
sensación que no es nueva, pues fue apuñalado muchas veces por la espalda, y el dolor de las heridas constantes se han
vuelto casi un sentido cotidiano… que no sana y no va terminar de sanar.
Las
torres de Jano, uno de los más antiguos dioses de Roma, fueron construidas por ciclopes
esclavos en todo el centro de ShivaCity. Todo un monumento a la verdadera
identidad de la ciudad. El rostro de Jano es de una figura masculina bicéfala,
son dos rostros barbados que se oponen entre sí, pero que son en realidad el
mismo organismo, Jano representa el
Umbral de una puerta que tiene doble faz, doble moral, las dos caras miran en
sentido opuesto y actúa siempre a favor del mejor postor. Así actúan los
rememoria, pero ya nadie puede verlo, pues la hipocresía y la ley del mejor
postor se habían vuelto el estilo de vida de los habitantes sin memoria.
Las
rémoras son unos peces que nadan al lado de los tiburones y se comen las sobras
de lo que estos despedazan cuando cazan, por eso los caballeros comenzaron a
identificar a los rememoria con estos peces parásitos.
Pero
la hermandad de caballeros ya no existe, cayó en el olvido, los rememoria son
los nuevos amos y el olvido se apodero de la mente de los habitantes de ShivaCity,
que solo ve por los ojos de Jano.
Gabriel
Trejos sigue cayendo, mientras los asesinos de recuerdos, rememorias, cargan
sus armas para darle de baja en este nanosegundo, el viento se escabulle entre
sus cabellos, los ojos se humedecen, mientras apunta a sus oponentes, el
estomago se hace grande y pequeño con una sensación de ganas de vomitar, el
hades reclama su nombre con el fuego de los gritos y rugidos de dragones
malditos,… pero en ese momento, en el momento en el que la caída es inminente…
el corazón del águila comienza a latir,… bombea sangre al cerebro, la ira le da
la chispa eléctrica para tomar el aliento y arrebatarle su alma a las Furias y
con un tiro certero disparar justo en su blanco: destruye el ojo de Jano.
Las
Furias gritan chillidos y graznidos, los rememorias guardan silencio a lo
lejos, los cuervos se espantan.
Otro
día besara los labios de Perséfone…Trejos ha encontrado una salida por un
conducto de aire fotosintético que alimenta el edificio, por donde se escabullé,
reincorporándose, alejándose del peligro corriendo bajo los oscuros pasadizos
formados por las columnas que sostienen la antigua ciudad de ShivaCity y la
nueva, llevando consigo lo que vino a hackear del colosal templo del hipócrita dios
Jano: La Luz de la Verdad.
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